Dyanyta Blez – 1984

El trombón como brújula sonora de una vida en movimiento

Este álbum fue uno de los últimos registros que se sumaron al Mapa de Músicas Mexicanas en 2024, cuando fue lanzado por primera vez en Bandcamp. En 2025 llegó a las plataformas digitales, marcando así un recorrido que lo ubica como una pieza clave del sonido independiente contemporáneo hecho por mujeres, también es uno de los favoritos de Sonoridad en lo que va del año, por lo que a pesar del retraso de la reseña, oportunamente llega para la presentación oficial de "1984" con banda completa el 1 de mayo en el Centro Cultural Bretón.

Con "1984", la trombonista y compositora tapatía Dyanyta Blez nos entrega un álbum instrumental que habla sin palabras. Integrante de Brassitas, Las Ponchas, WUJERES, Zaikocirco y Hop! Hop! Diablo Funk, extiende su talento hacia un diario emocional hecho música, una autobiografía tejida desde el sonido. Diez canciones componen este material sonoro en el que Dyanyta fusiona géneros como el rock, reggae, blues, folk y balkan, logrando una mezcla única en la que el trombón lidera cada melodía, cada textura, cada recuerdo.

“1984 es el álbum que he estado trabajando estos últimos meses, canciones que ahora ven la luz después de varios años de estar sonando en mi cabeza”, compartió Blez. Desde la primera escucha, queda claro que este disco no responde a una lógica de géneros, sino a una necesidad expresiva profunda. Aquí, el trombón no es solo instrumento, sino voz interior, brújula afectiva, memoria viva.

Grabado en Pro-Tempo con la ingeniería de César Cano, 1984 es también resultado de un trabajo colectivo y sensible. Acompañada por un ensamble de músicas talentosas —Rita Vargas (guitarra), Lucy Gil (bajo), Nohemí Mort (teclados y acordeón), Sara Ventura (saxofón) y Livier Álvarez (trompeta)—, Dyanyta Blez construye un paisaje musical donde cada instrumentista aporta cuerpo y alma a la narrativa. “Gracias a las músicas que confiaron y apoyaron para grabar este material sonoro: sin ellas no hubiera sido posible”, reconoce.

El arte visual, a cargo de Jona Acosta, complementa esta propuesta con una estética que escucha, traduce y amplifica las emociones del álbum. En sus palabras: “siempre es tan acertado en la visión, por escuchar mis ideas y aconsejarme, siempre proponiendo cosas tan originales y chidas”.