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Canción feminista



Atrapadas en un doble vínculo, donde elegimos participar en los discursos musicales de la cultura masculina, pero buscamos referentes centrados en las mujeres en la corriente principal. Bajo ésta perspectiva el impacto de las mujeres parece fugaz e incluso intrascendente, pero como me dijo Amenic Boom Bap, cantante, activista e integrante de la colectiva Batallones Femeninos, tenemos que movernos hacia la “micropolítica” de la canción feminista. 

De la misma manera no debemos olvidar que nuestra presencia en el escenario e involucrarnos con géneros donde somos aparentemente minoría también son posicionamientos, como me explicó Dementia Sinner, quien además de pertenecer a Las Navajas y Los Leopardos, fue parte de Histeria Femenina, la colectiva/festival que ahora repercute en la realización del LadyFest CDMX en el Multiforo Alicia, donde seguro escucharemos una nueva serie de canciones desde el activismo, una de ellas 'Hasta que se haga costumbre' de María San Felipe

Localizar las funciones de la música en los movimientos sociales y articular su impacto, con la identificación activa, la pertenencia, al hacer que el grupo sea visible para las demás y brindar un sentido de continuidad, nuestra presencia colectiva se libera de las omisiones de la cultura dominante. Al diversificar los temas de la experiencia femenina, articulamos la conciencia tanto en su organización como en sus sentimientos, permite que la música que almacenamos en el cuerpo y el acto de cantar se conviertan en formas de despertar la conciencia. 

Parece reciente porque cada vez llegan a más espacios, pero los himnos feministas se remontan a décadas y no surgen únicamente en el folk. Cuando Bessie Smith compartió 'Sam Jones Blues' liberó un mensaje impresionante para su época, sobre todo si consideramos que la violación marital no fue ilegal hasta finales del siglo XX y ya en 1923 animaba a las mujeres a salir de lo privado y entrar en la esfera pública para proveerse y defenderse. 

   

Casi 100 años después de la canción de Bessie Smith, observamos una falta notable de alusiones al matrimonio y la vida doméstica en las canciones de blues interpretadas por mujeres, es muy significativo que las compositoras rompieran las expectativas de la época de encontrar la felicidad y la satisfacción a través de sus matrimonios, en cambio capturaban la violencia que habitualmente es silenciada, las múltiples trampas del amor romántico y hablaban desde la disidencia, pero todavía estaban lejos de los himnos feministas de la actualidad sobre la concientización de la agresión sexual, el acoso sexual en el lugar de trabajo, la libertad sexual como mujer, la fuerza y el coraje como mujer, la independencia de un mal matrimonio y los afectos no heteronormados. 

Entre 'You Don't Own Me' (1963) de Lesley Gore, 'The Pill' (1975) de Loretta Lynn, 'Hot Topic' (1999) de Le Tigre y 'Antipatriarca' (2014) de Ana Tijoux hay décadas de evolución del mensaje, la progresión de nuestros derechos y en términos muy simples, los ideales del feminismo para las mujeres que no necesariamente forman parte del movimiento de mujeres, pero que logran identificarse y encuentran una fuente de inspiración. Articulan las protestas contra la opresión o el control patriarcal en la vida de las mujeres, son puntos de inflexión en las narrativas de la vida que trazan un crecimiento de la conciencia feminista.

   

México no es la excepción en la evolución del mensaje, tras la investigación para su libro 'Sirenas al ataque', Tere Estrada estableció en un artículo en La Jornada el desarrollo del discurso femenino en la música. La escritora y cantante reconoce cómo ha ido cambiando la participación de las mujeres en la industria, de cantantes a compositoras e instrumentistas, recopilando en sus letras su transformación. 

- Los 60: Ser vírgenes puras y castas hasta el matrimonio era la consigna. 
- Los 70: Sintonízate, préndete. Las mujeres exploraron la participación política, las drogas, vivir en comunas y experimentar con varias parejas. 
- Los 80: Detestaban la virginidad, pregonaron la autonomía del cuerpo, pero el temor a la soledad era un fantasma al acecho. 
- Los 90: Mostraban su malestar al sentirse controladas y estereotipadas. 
- Los 00: De una manera ruda, directa y al grano las expresan lo que quieren del otro. Ellas son las dominantes. 

Los temas de las anteriores eras prevalecen, pero se mezclan con las necesidades de cada era, recordando que la violencia no se ha modificado, pero si la forma de expresarnos sobre ella. Así como Ely Guerra revelaba el dolor por las mujeres desaparecidas en diversas canciones de 'Lotofire', la voz de la actualidad resuena a través de varios géneros, discursos y posturas. 

   

En el último año encontramos mensajes directos como 'Lo vamos a tirar' de La Cuervo, Marie V y Cynthia Franco, la experiencia de quienes lo viven a diario en 'Aborto' de Masta Quba, la furia que no debe contenerse en las canciones 'Soy tu voz' de Flores y Fuego, 'La conciencia' de Las Hijas de Cuca, 'Quema todo' de Grave/Mal y 'Bolsa de plástico' de Adhara, pero también encontramos la fortaleza en 'Somos' de Onyricats, 'Consejos para la mujer fuerte' de Pizarnikas y la invitación a revolucionarte de Las Fokin Biches en 'Alza la voz'. 

   

La canción inspira a las mujeres a decir sus verdades y defender la justicia, son importantes para nuestra sociedad, destacan las historias, las luchas y las experiencias de género para que las oyentes puedan relacionarse con los mensajes, positivos, negativos o verdades tristes, lo importante es la exposición o atención a las letras entre una variedad de personas y poblaciones. 

A través de nuestro cancionero, con el agregado feminista o no, encontramos nuestras voces y reconocemos las de las otras, aprendemos que juntas podemos hacer una declaración memorable, pero incluso sin pensar, esos mensajes pueden almacenarse en el subconsciente, lo que posiblemente altere los sesgos internos entre las personas.

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