Sin prensa libre, no hay memoria cultural.
La prensa cultural no llega sola a los festivales. Llega con grabadoras, cámaras, libretas, pero también con historia, con horas de trabajo invisibilizado y con la voluntad de registrar lo que otras personas podrán vivir solo a través de sus palabras o imágenes. Sin embargo, ese trabajo no siempre se realiza en condiciones dignas. Aunque compartimos un mismo espacio, no es lo mismo asistir como reportera o fotógrafa —con o sin chaleco— que hacerlo como parte de un medio aliado, con espacio garantizado y autorización para ingresar una hielera.
En muchos festivales y eventos culturales, las personas que ejercen labores periodísticas enfrentan largas jornadas sin alimentos ni agua, espacios saturados, acoso o tratos discriminatorios por parte del staff, artistas o incluso otros medios. La prensa no puede seguir siendo tratada como “invitada de segunda”, mucho menos cuando su labor es esencial para visibilizar propuestas, construir memoria y sostener narrativas.
La seguridad es uno de los puntos más delicados y urgentes que los organizadores deben garantizar. No puede considerarse un "extra": es una responsabilidad directa del evento o festival asegurar que periodistas y reporteras gráficas no estén en riesgo al realizar su labor.
La cobertura de festivales y eventos no debe hacerse a costa de la integridad, el tiempo ni la salud de periodistas, fotógrafas, comunicadoras o creadoras de contenido. Quienes cubrimos la escena no vamos "de paseo": trabajamos jornadas largas, con recursos limitados y bajo presión. Por eso, exigimos condiciones mínimas de dignidad y seguridad, respeto por el trabajo y el tiempo de quienes documentamos.
Un llamado desde la escena
Quienes cubrimos conciertos y festivales no solo damos testimonio: también construimos escena, tejemos memoria y abrimos espacio a voces nuevas. El trabajo periodístico no debe ser una prueba de resistencia ni una lucha por dignidad básica.
La precarización de la cobertura en eventos culturales reproduce las mismas desigualdades que muchas veces los eventos dicen querer combatir. Por eso, es urgente repensar el trato a la prensa no como un favor, sino como una responsabilidad organizativa y ética.
Sin cuidados no hay cobertura. Sin cobertura digna, no hay historia que contar. Aunque muchas de estas medidas no están reguladas por ley, sí forman parte de un enfoque de derechos humanos, laborales y éticos:
1. Acreditación clara, previa y sin obstáculos
- Proceso de acreditación transparente y accesible.
- Respuesta oportuna a la solicitud (idealmente con al menos una semana de anticipación).
- Reconocimiento de medios alternativos, independientes, autogestivos y comunitarios como actores legítimos de la prensa.
2. Condiciones básicas de trabajo
- Acceso libre a zonas necesarias para cubrir el evento (no solo “zona de prensa” si esto impide hacer bien el trabajo o te impide salir de un espacio durante horas).
- Wi-Fi funcional o acceso a red de datos para envío de información.
- Espacio adecuado (sombra, sillas, enchufes, agua).
- Acceso a sanitarios limpios.
3. Horarios razonables y logística clara
- Información anticipada sobre horarios de shows, conferencias, ruedas de prensa o entrevistas.
- Respeto al tiempo de las y los periodistas (evitar largas esperas sin propósito o cambios de último minuto).
4. Seguridad garantizada
- Protección contra cualquier tipo de acoso, agresión o violencia (incluyendo personal de seguridad, staff, público y artistas).
- Identificación y protocolo de atención para reportar incidentes.
- Resguardo físico mínimo (especialmente en eventos masivos o de alta concurrencia).
5. Trato digno e igualitario
- No discriminación por género, medio, línea editorial, raza, orientación sexual o apariencia.
- Evitar dinámicas humillantes o jerárquicas en conferencias o ruedas de prensa.
- Lenguaje respetuoso y profesional.
6. Reconocimiento del trabajo periodístico
- Libre ejercicio de la crítica (no condicionar acreditación por notas “positivas”).
- Posibilidad de acceso a entrevistas si se solicita de forma profesional.
- Créditos cuando se usan imágenes, videos o coberturas oficiales tomadas por medios invitados.
7. Accesibilidad para personas con discapacidad
Facilitar que personas con diversidad funcional puedan cubrir el evento sin barreras físicas ni logísticas.
¿Deben los organizadores proporcionar alimentos o descuentos?
No es obligatorio, pero sí parte de un trato digno. ¿Por qué? El trabajo periodístico en festivales puede implicar jornadas largas, traslados, exposición al sol o al clima, y estar de pie muchas horas. En muchos casos, la cobertura no es remunerada directamente y se hace por compromiso, colaboración o bajo esquemas autogestivos. Al garantizar mínimas condiciones de cuidado (como el acceso a alimentos o agua) contribuye al respeto de los derechos humanos y laborales.
Buenas prácticas recomendables:
- Al menos una comida por jornada (cuando se trata de coberturas extensas de más de 4-5 horas).
- Agua potable libre y accesible en todo momento.
- Snacks ligeros o kits básicos (fruta, barras, café).
- Descuento en zona de alimentos o vales de consumo, si no se puede ofrecer alimentación gratuita.
- En caso de no ofrecer ningún tipo de alimento, permitir el ingreso de comida y bebida propias, sin penalización ni restricciones.
- Área de descanso que permita comer en condiciones dignas.
Condiciones mínimas de trabajo
- Acceso a red (Wi-Fi o zona con datos funcionales).
- Zonas de descanso con sombra, asientos y enchufes.
- Respeto a la movilidad para realizar coberturas sin restricciones arbitrarias.
Seguridad para periodistas en festivales: responsabilidad del organizador
1. Seguridad física
- Acceso seguro a zonas de cobertura: pasillos libres, señalización clara, control de accesos, sin hacinamiento y confinamiento prolongado, siempre debe garantizarse una ruta de salida.
- Evitar aglomeraciones peligrosas en pits, zonas de escenario o ruedas de prensa improvisadas.
- Staff capacitado que no obstaculice la labor periodística ni sea violento con cámaras, grabadoras o personas.
- Transporte seguro en zonas de alto riesgo o a altas horas, cuando sea posible.
2. Prevención de acoso y violencia de género
- Protocolos activos contra acoso: que incluyan qué hacer si personal del festival, artistas, asistentes u otros medios violentan o intimidan a periodistas.
- Canales de denuncia visibles y eficaces.
- Espacios seguros para mujeres y disidencias dentro del equipo de prensa.
- Capacitación del personal en perspectiva de género, diversidad y no discriminación.
3. Protección de equipo de trabajo
- Garantías de que no se les retirarán cámaras, celulares ni grabadoras de forma arbitraria.
- Permitir resguardo temporal de equipo si es necesario (por lluvia, calor extremo, etc.).
- Evitar restricciones excesivas al uso de equipo profesional o nuevas modalidades de cobertura, que impidan hacer bien el trabajo.
4. No criminalización del trabajo periodístico
- Evitar medidas que asuman que la prensa “estorba” o que limiten su movimiento sin justificación.
- Reconocer el trabajo de periodistas como una actividad esencial para la memoria y documentación cultural.
5. Cobertura de salud o primeros auxilios
- Acceso a servicios médicos o primeros auxilios, especialmente en festivales de gran escala.
- Atención inmediata en caso de desmayos, lesiones o afectaciones por calor, estrés o acoso.
Comentarios
Publicar un comentario