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Sonoridad: Un sello propio



Crear un sello discográfico puede parecer una tarea lejana, pero para muchas mujeres y disidencias ha sido una necesidad. Cuando las puertas de la industria no se abren, hay quienes deciden construir las suyas. Así, fundar un sello se convierte en una forma de habitar la música, de compartir historias, de sostener otras realidades.


En los últimos años, los sellos discográficos creados por mujeres y disidencias se han multiplicado con un carácter más colectivo. La mayoría de estos sellos aprovecha las posibilidades que da la industria actual para hacer lanzamientos digitales, lo que permite circular con menor presupuesto, alcanzar nuevas audiencias y resistir desde el entorno virtual. Algunos, además, se enfocan en el desarrollo de comunidades, redes de trabajo y estrategias propias para la formación de públicos, apostando por una autonomía que, aunque precaria, es constante.


Pero también hay quienes han apostado por ir más allá del entorno digital. Desde Guadalajara, Terror Casetes ha impulsado el cassette como objeto político, poético y posible. Más que un sello, es una maquiladora independiente que ofrece a proyectos emergentes la posibilidad de producir, distribuir y circular su música en un formato resistente y accesible. Ali Terror, su fundadora, ha trabajado con bandas como Grave/Mal, Nuube y Norwayy, demostrando que el cassette no sólo es nostalgia, sino herramienta de creación y comunidad.


A la maquila se une CDisidente, donde colabora Latam Fernández (Ginefonías, Vacílalo), que no solo se dedicará a la divulgación y promoción de la cultura del CD, su primera acción es el Kematón contra las violencias, donde promoverán "el uso del disco compacto como plataforma de escucha y distribución musical al aprender a producir nuestros propios discos mediante el quemado con software libre", porque la duplicación de corto tiraje es la tendencia más importante de la que la industria no está hablando.






El formato físico ha cobrado un nuevo sentido. Sellos como Oris Label y Now Girls Rule Record Company han apostado por lanzamientos en vinilo o cassette, reafirmando la importancia del objeto musical como forma de permanencia, archivo y memoria. En el caso de Now Girls Rule, la edición de ¿Ahora sí nos escuchas? en vinilo marcó un momento clave en la visibilización de proyectos autogestivos liderados por mujeres y disidencias.


En este camino, TapTape México, liderado por Jessica Quintana, propone una alternativa híbrida que conjuga lo físico y lo digital. El soporte de TapTape devuelve valor artístico y económico a quienes crean música, con una lógica que escapa al algoritmo. El primer lanzamiento fue de Jen Totk, artista que encontró en este formato una forma tangible de reconectar con quienes escuchan, más allá de las pantallas.


Así, entre cintas, vinilos y nuevas tecnologías, las mujeres y disidencias no sólo habitan la industria musical: la reinventan desde los márgenes, con cada objeto como testimonio.



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