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Fémina Fatal: Sangre de mis versos, un viaje a través de territorios


"Prendemos rap, es nuestro incienso.

Primero existo y luego lo pienso"


Desde Ensenada, Baja California, Fémina Fatal lleva más de una década tejiendo su propio camino en el elemento rap. Nos encontramos en el día del hip-hop, pero para ella la relación con la cultura no se mide en efemérides: la vive todos los días. Su debut discográfico, Sangre de mis versos, es el resultado de años de recorridos, cambios de ciudad y una persistencia que le costó —literal y simbólicamente— sangre.

El rap llegó a ella desde varios frentes: el punk y sus contraculturas le enseñaron la rebeldía con causa; la sociología, que estudió formalmente, le dio un pensamiento crítico; y el rap de conciencia, especialmente el de Chile, le mostró que la protesta también podía rimarse. Desde 2011 se nombró rapera y feminista, un gesto necesario en un contexto donde, en Baja California, no había referentes femeninos visibles en el hip-hop. “Aquí no tenía a quién mirar. Eso me llevó a buscar, a investigar, a crear comunidad”, recuerda.

Ese impulso derivó en Femmenoise, con cyphers de raperas de la región, no como competencias, sino como actos de visibilidad colectiva. Para Fémina Fatal, el foco de atención —aunque incómodo— era necesario: “Si no estamos, no nos ven. Y aunque no te guste, hay que tomarlo”. En ese proceso aprendió que la comunidad no se materna, se construye a partir de encuentros genuinos y acuerdos claros. “No todas vamos a ser hermanas, pero podemos colaborar desde el respeto”.



Cris Cruz en el arte de foto bordado / Fotografia de Isa (La Deyabu)


La historia de Sangre de mis versos comenzó hace más de diez años como un deseo, pero solo en los últimos dos logró materializarse con las conexiones en el Encuentro Internacional de Hip-Hop en México. Desde Baja California, la rapera y socióloga Fémina Fatal viajó a Chile para dar forma a su primer trabajo discográfico, que durante tres meses desarrolló junto a Alicantoh en la producción, Keizen en las instrumentales y los scratches de DJ Ese Té, bajo el sello MDEMUSICA. El álbum fue grabado en Chile, consolidando así un proyecto que une experiencias, territorios y trayectorias, el EP recorre diferentes ciudades y etapas de su vida: fragmentos escritos en Ciudad de México, otros en San Cristóbal de las Casas y en territorio chileno. La diversidad geográfica se refleja en la variedad sonora y temática del material. Entre sus piezas está el posicionamiento de incomodar de "Opuesta", que abre el disco, seguida de “Hiphopas” y un interludio donde voces como MC Saya, Obeja Negra y La Deyabu hablan sobre comunidad y resistencia, más allá de las rimas. 

El título no es casual. Sangre de mis versos alude al costo personal y a los múltiples significados que la sangre tiene para ella: memoria, lucha, cuerpo y territorio. En esa línea, una de las canciones más intensas es “Desecha en México”, escrita en Chile pero atravesada por experiencias y realidades nacionales. “Es una canción fuerte, que nace de lo que siento y pienso sobre este país, sobre lo que me ha tocado vivir dentro y fuera de los movimientos”, dice.

En el mapa del hip-hop mexicano, Fémina Fatal se considera pionera en Ensenada, aunque reconoce que su historia está marcada por las diferencias regionales: en el norte, muchas raperas fueron invisibilizadas o relegadas a hacer coros; en el centro y sur, la densidad de la escena permitió otras redes. Ella ha transitado entre esas realidades, construyendo puentes y defendiendo una voz propia que ahora queda plasmada, por fin, en un primer disco que es tanto un logro personal como colectivo.



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